A pesar de que el acné es sinónimo de pubertad y adolescencia, está más presente de lo que imaginamos en la edad adulta. “El acné es una alteración dermatológica que se manifiesta en forma de inflamación e infecta los poros de la piel en los que existe pelo. Las causas directas de este problema cutáneo son los cambios hormonales en un elevado porcentaje de los casos y, en edades más maduras, es consecuencia directa de desequilibrios hormonales (ingesta de anticonceptivos, menstruación y embarazo). No es un problema serio de salud, pero puede dejar cicatrices y llegar a ocasionar cuadros de depresión y ansiedad”, explica el Dr. Ricart, dermatólogo, jefe e dermatología de la clínica Quirón y director del Instituto Médico Ricart de Valencia. Él te explica qué gestos, que se sueles hacer a diario, son nefastos para tu acné:

  • Usas cosméticos que contienen ingredientes que obstruyen los poros. Muchas veces intentas camuflar tus granitos o cicatrices con maquillajes cubrientes. Esto, en cambio, genera un efecto rebote porque estos compuestos contienen grasa, aceites, derivados de siliconas y químicos que ensucian el poro, no lo desinflaman y aumentan la irritación de la piel. Es importante que limpies tu piel en profundidad para disminuir el exceso de sebo. Un gel limpiador con poder astringente, como el extracto de iris y propiedades antisépticas y seboreguladoras, como la sal de zinc sería eprfecto. Después, utiliza fluidos hidratantes libres de aceites y no comodogénicos (oil free), y ricos en activos como el ácido glicólico, vitamina A y zinc, que regulan el exceso de grasa, tratan las imperfecciones y calman y reducen la irritación e inflamación de la piel.
  • No has consultado con el dermatólogo. Lo primero que tienes que hacer es visitar un dermatólogo para que paute el protocolo antiacné a seguir, ya que según la fuerza del brote, la periocidad del mismo, el tipo de piel y tu estado de salud este puede ser de cuatros tipos. Tópico (con sal de zinc para la limpieza, fluido hidratante con retinoides y acido glicólico, y vitamina E para reparar la piel y reducir la inflamación), tópico y oral con fármacos más agresivos como el Dercutane o el Roacutan, tópico y oral con activos botánicos que combatan el acné y las imperfecciones (formulaciones ricas en antioxidantes, zinc que protege las células del daño oxidativo y extracto de guggul, que equilibra los niveles de sebo) y terapia biofotónica Kleresca, que se basa en las propiedades de la fluorescencia.
  • Tus productos capilares están estropeando tu piel. Los sulfatos agentes hidratantes pesados y las siliconas de estos pueden obstruir los poros de la piel. Aparte de ducharse prestando atención a que el agua del aclarado no caiga sobre la cara, también puedes cambiarte a la dermocosmética capilar. Sus activos respetuosos con la piel del cuero cabelludo y la de la cara. Además, son ricos en vitaminas y antioxidantes y no usan parabenos, siliconas, sulfatos, derivados químicos, ni perfumes que no hayan sido testados hipoalergénicamente.
  • Estás frotando tu piel demasiado fuerte. La exfoliación en pieles con exceso de sebo no debe exceder las dos veces por semana, ya que un exceso en la eliminación de células muertas puede aumentar la irritación ya existente. A diario, por la mañana y por la noche, utiliza un gel que limpie en profundidad las pieles con exceso de sebo. Dos veces a la semana usa un gel scrub con microesferas exfoliantesce acné; así provocarás una dermoabrasión controlada, que oxigena y prepara la dermis para los productos que apliques a continuación.
  • Te has echado un novio que tiene barba. El roce con la barba, sobre todo con las más duras, puede ocasionar irritaciones que deriven en apariciones esporádicas de acné. En estos casos el acné no es de tipo hormonal o por exceso de sebo, sino debido a la irritación causada por el roce intenso del pelo de la barba. En este caso tendrás que aplicar productos con activos calmantes, como el bisabolol, el agua termal y la vitamina E, que eliminen la irritación. Y, si la eliminación de la barba o el cambio de pareja no es una opción, lo más fácil es que tu pareja comience a usar cosméticos para acondicionar y suavizar el pelo de su barba.
  • Fumas. El tabaco reduce drásticamente la microcirculación de la piel, lo que disminuye, entre otras cosas, el buen funcionamiento de nuestra dermis y aumenta el riesgo de sufrir infecciones como la del acné. Al no tener una buena oxigenación, si eres fumadora, tu piel presenta mayor inflamación, poros más abiertos, peor tono y no está tan hidratada ni nutrida. Lo mejor es que dejes los cigarrillos y te hagas un tratamiento con la terapia biofotónica Kleresca que, mientras trata el acné, también aporta tersura y luminosidad al rostro.
  • Eres incapaz de dejar los granos quietos. Manipular las lesiones del acné sin garantizar una limpieza extrema solo empeorará la patología, ya que con las manos extiendes las bacterias que lo causan, infectas el poro y aumentas la inflamación de la piel. Si eres de las que no puedes estar quieta, una opción es que acudas a la consulta del dermatólogo para que el personal sanitario elimine el exceso de grasa y limpie los antiestéticos granos y espinillas. Puedes repetir este protocolo cada semana o cada 15 días.
  • No estás liberando tu estrés como deberías. Este es un desencadenante real del acné. Hay estudios que confirman que en épocas de mayor ansiedad, las hormonas del estrés provocan que las glándulas sebáceas fabriquen más sebo de lo normal, favoreciendo la aparición de brotes de acné e imperfecciones severas en la piel. Las personas con acné pueden practicar deportes como el yoga, la natación o pasear; acompañados de una dieta rica en alimentos desinflamatorios (frutay verdura) y con un alto porcentaje de nutrientes (frutos secos y legumbres,) con abundantes líquidos; además, es aconsejable eliminar los azúcares, alimentos procesados y grasas, y evitar el alcohol y el tabaco.
  • Te tocas constantemente la cara. Nuestras manos transportan las bacterias de un lado al otro y pueden ser las responsables de que lo que podía ser un leve brote de acné en una zona localizada de la cara se extienda por todo el rostro. Si no puedes controlar este hábito, tienes que esforzarte en mantener una correcta higiene para mantener a raya las bacterias y la cantidad de grasa.
  • No te lavas la cara después de hacer deporte. Al practicar deporte la oxigenación de la piel aumenta y, si está sucia por causa de los restos de la contaminación, maquillaje o cremas, esa oxigenación no puede realizarse correctamente, ya que los poros estarán obstruidos. Por tanto, debes ejercitarte con la cara lavada (bien protegida del sol si estás al aire libre) y limpiártela con tu limpiador habitual al terminar. Tras el entreno limpia tu cuerpo con un jabón neutro, a poder ser libre de perfumes, parabenos y productos agresivos para piel. Con respecto a la cara la pieles acneicas deben usar su gel limpiador habitual y aplicar tras la limpieza su fluido hidratante habitual.
  • Tomas demasiado el sol. A corto plazo el bronceado puede hacer que nuestra piel parezca más uniforme, pero en realidad los efectos desecantes del sol provocan un efecto rebote, acelerando la producción de sebo. Este, combinado con un engrosamiento de la capa externa de la piel, obstruirá tus poros e impedirá su liberación. Ten en cuanta que el sol modifica el comportamiento de la piel, haciéndola más propensa a los brotes de acné. Por tanto, no te olvides de usar un fluido oil free y con un índice de protección alto, como es el SPF 50.

Vía: Cosmopolitan ES